Primavera psíquica.
Esta colección es una interpretación pictórica y visual de la arquitectura psíquica. Las obras están plagadas de color y de estructuras que discurren entre emociones, sensaciones, sinapsis, mecanismos de defensas psíquicos y experiencias senso-afectivas; ideas, memorias, sueños, proyecciones del sí-mismo personal, recuerdos y de múltiples funcionamientos de las estructuras profundas de la personalidad y de miles de interacciones de Mi Mundo con el Mundo, que puede ser Nuestro Mundo.
Es una invitación palpable a inmiscuirse, de una manera creativa e inverosímil, a nadar en un universo diferente, allí adonde todos podríamos pertenecer.
Su nombre se debe al estallido de color que plasmo, como cuando la primavera empieza a emerger, pero, con la sutileza, el encaje y el orden perfecto a modo de engranaje, donde cada forma, cada color, cada luz y cada sombra están emplazados caprichosa y deliberadamente donde tienen que estar, creando una estructura única con una identidad pictórica definida.
El alma de las Obras va cambiando de color, dependiendo del momento de la creación. Podremos observar dorados y azules que hablan de esa intimidad profunda que recubre mi alma de azul y que se proyecta hacia el futuro en dorado; hasta la multiplicidad de colores que denotan mi gran abanico afectivo por el que vuelo, algunas veces a la sombra de un ciprés y otras veces navegando en expresiones teñidas de luna.
En definitiva, «Primavera Psíquica», es la representación intangible, y hasta equívoca, quizá, de mis propias interacciones entre mi parte más externa y mis profundidades más elocuentes, a la vez que es una invitación a bucear de manera imaginativa por el laberinto psíquico propio y, tal vez, colectivo.